marzo 18, 2011

«Lo que consumimos nos está matando física y espiritualmente»

Gary Francione, profesor de Derecho de la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey, EEUU), se ha convertido en uno de los referentes mundiales del abolicionismo animal, un movimiento que aboga por eliminar cualquier maltrato a estos seres por parte del hombre y también cualquier sumisión o uso de estos para beneficio humano. Ayer visitó la Universidad de La Rioja para hablar sobre derechos de los animales y hoy, a partir de las 17 horas en el salón de actos del edificio de Filologías, charlará a propósito del abolicionismo.
Para Francione, el futuro del mundo depende, en buena medida, de las decisiones de consumo que tomemos las personas. Por eso aboga por el veganismo, una forma de alimentación estrictamente vegetal y en la que se excluye el uso de materiales provenientes del mundo animal.
- ¿Cuál es la cuestión clave para comprender qué es el abolicionismo?
- La cuestión no es regular el trato con los animales para que sea más humanitario, sino abolir el maltrato y la tortura a los animales por completo. Mientras los animales sean propiedad humana, estarán sujetos al maltrato.
- ¿Qué medidas deberían tomar las personas para evitar ese maltrato?
- Lo fundamental es hacerse vegano: no comer a los animales, no vestirnos con sus pieles y no utilizarlos. Si lo hiciésemos todos, la consecuencia directa sería la abolición del maltrato y el problema se resolvería. No es una locura, sino la puesta en práctica de un principio ético que ya tenemos asumido en nuestra cultura occidental. A cualquiera que se le pregunte si se puede hacer daño innecesariamente a un animal dirá que no, que está mal. Pero no lo ponemos en práctica. La clave es cuál es el daño necesario. Usamos animales por placer, comodidad o diversión, no los necesitamos para estar sanos ni felices. Por estas razones, 56.000 millones de animales mueren al año en nuestras granjas y criaderos, excluyendo los animales marinos. Nos encontramos camino del desastre ecológico.
- ¿El avance de este movimiento vegano es rápido?
- Se está extendiendo, pero encuentra el problema de que las organizaciones más grandes, como PETA, abogan por la idea de 'carne feliz', es decir, tratar un poco mejor a los animales. El veganismo va más allá y surge desde la base, sin una gran organización. Creemos que el género humano emplea demasiada violencia y que hay que evitarla. No importa si España va más rápido que China o Estados Unidos más que India.
- ¿Qué opina del terrorismo ecológico, de los grupos que liberan visones o atacan granjas?
- Soy completamente opuesto a la violencia y por eso me opongo a esas acciones. Además, actos como quemar diez mataderos no servirían de nada porque mientras exista demanda va a haber oferta. Lo que hay que hacer es cambiar de manera pacífica el punto de vista de la gente. El terrorismo ecológico es ridículo, es juvenil y está compuesto por gente que juega a ser 'Che' Guevara. Suponen un paso atrás para el movimiento.
- ¿Cree que puede resultar fácil acabar con el uso de los animales?
- Podemos cambiar nuestro estilo de vida y dejar de colaborar con esto. Es muy fácil de manera individual. Lo que consumimos nos está destruyendo de forma espiritual y también física, porque, si seguimos por este camino, vamos a acabar con los recursos del planeta.
- ¿Cómo se puede hacer?
- Lo fundamental es que, individualmente, cada uno deje de usar productos animales. Hay tres oportunidades cada día para practicar la no violencia, decidiendo no comer animales ni vestirse con sus pieles. Además, el respeto a los animales no debe hacer que las personas dejen de luchar por otras causas: derechos de los niños, de las mujeres, ayuda a Somalia, a Darfur. Cualquier cosa por hacer un mundo mejor. Pero, el trato a los animales, aunque parezca menos importante, como resulta muy sencillo, creo que todo el mundo debería comenzar a hacerlo.



- Si todas las personas se hiciesen veganas, ¿no podría ocurrir un colapso alimentario?
- El colapso lo estamos sufriendo ahora a causa de nuestro sistema capitalista distorsionado. Por ejemplo, para lograr una proteína animal se necesitan entre 6 y 12 unidades de proteína vegetal, además de mil veces más de agua. También es importante la contaminación que se produce. Según la FAO, los animales para consumo humano ya causan más problemas de gases de efecto invernadero que el consumo de combustibles fósiles para el transporte. Si hubiese un cambio drástico en los hábitos alimenticios de la humanidad, algo que no va a ocurrir, los beneficios serían repentinos e inimaginables para las personas y para el mundo entero. Sólo un ejemplo: se ha demostrado que hasta el 70% de los cánceres que sufren las personas están causados por la dieta. Es decir, lo que estamos consumiendo nos está matando.



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